Yamal, en Siberia, una pequeña y remota península, cuyo nombre en Mansi significa literalmente “El Fin del Mundo”. En 2014 la paz se vio interrumpida por varios “agujeros de gusano”, inmensos cráteres de hasta 250 pies de diámetro y de una profundidad desconocida que se empezaron a formar por toda la región de manera espontánea y francamente inexplicable.
Muchos se apresuraron a lanzar teorías conspirativas, como operaciones petrolíferas clandestinas, silos perdidos del antiguo gobierno soviético o - ¿por qué no? – obra de los extraterrestres. Sin embargo, menos de un año después, la ciencia ya tenía una respuesta contundente a este fenómeno, aunque el panorama era mucho más terrible que la ficción.
Yamal es un lugar rico en bolsas subterráneas de gas metano, bolsas que están protegidas por una capa muy firme de permafrost, una combinación de hielo y tierra que se encuentra por debajo del subsuelo. Ahora bien, con el calentamiento global, el permafrost, que es básicamente tierra congelada, empezó a desaparecer.
Sin permafrost que cubriera estos agujeros, las bolsas de metano se liberaron con fuerza, lanzando el agua del derretido permafrost hacia afuera y tragándose toneladas de tierra por encima. Esto parecía cerrar el caso, pero entonces, al Sur de Siberia, varias ciudades empezaron a ver como más agujeros sin fondo se abrieron en la tierra para tragarse edificios enteros, y aquí no había metano que explicara el hecho.
Una vez más era hora para las teorías conspirativas, pero la ciencia de nuevo salió al rescate de la razón y la lógica. Esta vez no eran bolsas de metano, eran las minas abandonadas de Siberia, que el gobierno de la ya desaparecida Unión Soviética había abandonado, para luego rellenarlas superficialmente.
Eran aquellas minas, en desuso por varias décadas, que empezaban a colapsar, devorando calles enteras y causando estragos en pueblos y ciudades. Nada de extraterrestres ni conspiraciones. Aunque esta realidad es mucho más desoladora que la ficción que se formó en un principio porque se trata de hechos que nosotros mismos hemos causado, en nuestra ansia por progreso e industrialización.
¿Qué más fenómenos aguardan en esta región? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que las consecuencias de un descuido ambiental nos alcancen de nuevo? Comenta y comparte
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Muchos se apresuraron a lanzar teorías conspirativas, como operaciones petrolíferas clandestinas, silos perdidos del antiguo gobierno soviético o - ¿por qué no? – obra de los extraterrestres. Sin embargo, menos de un año después, la ciencia ya tenía una respuesta contundente a este fenómeno, aunque el panorama era mucho más terrible que la ficción.
Agujero de gusano en Yamal |
Derretimiento explosivo
Yamal es un lugar rico en bolsas subterráneas de gas metano, bolsas que están protegidas por una capa muy firme de permafrost, una combinación de hielo y tierra que se encuentra por debajo del subsuelo. Ahora bien, con el calentamiento global, el permafrost, que es básicamente tierra congelada, empezó a desaparecer.
Los agujeros tienen mas de 250 pies |
Sin permafrost que cubriera estos agujeros, las bolsas de metano se liberaron con fuerza, lanzando el agua del derretido permafrost hacia afuera y tragándose toneladas de tierra por encima. Esto parecía cerrar el caso, pero entonces, al Sur de Siberia, varias ciudades empezaron a ver como más agujeros sin fondo se abrieron en la tierra para tragarse edificios enteros, y aquí no había metano que explicara el hecho.
Los frutos del abandono
Una vez más era hora para las teorías conspirativas, pero la ciencia de nuevo salió al rescate de la razón y la lógica. Esta vez no eran bolsas de metano, eran las minas abandonadas de Siberia, que el gobierno de la ya desaparecida Unión Soviética había abandonado, para luego rellenarlas superficialmente.
Agujero al Sur de Siberia |
Eran aquellas minas, en desuso por varias décadas, que empezaban a colapsar, devorando calles enteras y causando estragos en pueblos y ciudades. Nada de extraterrestres ni conspiraciones. Aunque esta realidad es mucho más desoladora que la ficción que se formó en un principio porque se trata de hechos que nosotros mismos hemos causado, en nuestra ansia por progreso e industrialización.
¿Qué más fenómenos aguardan en esta región? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que las consecuencias de un descuido ambiental nos alcancen de nuevo? Comenta y comparte
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