El estudio de los peces abisales es siempre un tremendo desafío, bajar hasta donde están ellos es una tarea colosal, y traerlos a la superficie los destruye, ya que al ser sacados de la presión de agua que los mantiene unidos, estos se desbaratan completamente, aun así siguen fascinando a los biólogos marinos, que buscan maneras creativas de acercarse y observar.
Uno de los casos más enigmáticos es el pez Barreleye, no solo es su cabeza traslúcida, ni su extraña apariencia, ni el hecho de que al ser sacado del agua su cabeza prácticamente se desintegra. Lo extraño de este pez no es nada de eso.
Son los ojos del pez Barreleye los que han tenido en ascuas a la ciencia desde su descubrimiento en 1939. En efecto, en su cabeza traslucida hay dos ojos frontales, nada como los ojos de los demás peces del mundo. Todo pez tiene ojos a los lados, es un hecho bien conocido, pero este no es el caso.
Aunque sus ojos de aspecto tubular son perfectos para captar la luz escasa a 2500 metros de profundidad, hábitat común del Barreleye, no se explicaban los científicos como este exótico predador marino podía detectar a su presa. Al inicio se creyó que lo hacía con otros sentidos y que sus ojos eran puramente superfluos, pero este no era el caso, ya que al observarlo se constató que podía ver a su presa, pero ¿Cómo?
En realidad los científicos estaban mirando mal, los ojos del pez, a pesar de estar encima de su cabeza, y al frente, no están fijos e inmóviles, en realidad están suspendidos en un líquido acuoso y cristalino, que les permite rotar en casi cualquier dirección y con plena autonomía.
La cabeza transparente del Barreleye permite que sus ojos puedan ver en cualquier dirección a través de su propia carne, permitiéndole localizar a la presa con facilidad. Y, por cierto, cuando observas al pez en las imágenes, sus ojos no son esos dos puntos al frente de su rostro, esas son las cuencas, los ojos, de color azul verdoso, están dentro de la cabeza transparente. Comenta y comparte.
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Uno de los casos más enigmáticos es el pez Barreleye, no solo es su cabeza traslúcida, ni su extraña apariencia, ni el hecho de que al ser sacado del agua su cabeza prácticamente se desintegra. Lo extraño de este pez no es nada de eso.
El misterioso Barreleye |
Ojos enigmáticos
Son los ojos del pez Barreleye los que han tenido en ascuas a la ciencia desde su descubrimiento en 1939. En efecto, en su cabeza traslucida hay dos ojos frontales, nada como los ojos de los demás peces del mundo. Todo pez tiene ojos a los lados, es un hecho bien conocido, pero este no es el caso.
Los ojos del pez han despertado mucho interes científico |
Aunque sus ojos de aspecto tubular son perfectos para captar la luz escasa a 2500 metros de profundidad, hábitat común del Barreleye, no se explicaban los científicos como este exótico predador marino podía detectar a su presa. Al inicio se creyó que lo hacía con otros sentidos y que sus ojos eran puramente superfluos, pero este no era el caso, ya que al observarlo se constató que podía ver a su presa, pero ¿Cómo?
Más de lo que se ve
En realidad los científicos estaban mirando mal, los ojos del pez, a pesar de estar encima de su cabeza, y al frente, no están fijos e inmóviles, en realidad están suspendidos en un líquido acuoso y cristalino, que les permite rotar en casi cualquier dirección y con plena autonomía.
El secreto esta oculto a simple vista |
La cabeza transparente del Barreleye permite que sus ojos puedan ver en cualquier dirección a través de su propia carne, permitiéndole localizar a la presa con facilidad. Y, por cierto, cuando observas al pez en las imágenes, sus ojos no son esos dos puntos al frente de su rostro, esas son las cuencas, los ojos, de color azul verdoso, están dentro de la cabeza transparente. Comenta y comparte.
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