Conocemos hoy el grafeno gracias a dos premios Nobel de Física en 2010. Su descubrimiento no valía menos, estamos hablando de algo que la ciencia llama "El Material de Dios". Es uno de los materiales más duros, más resistentes, más flexibles e increíbles que posee el hombre. Lo más curioso de todo es que el grafeno no es muy distinto de un diamante, de un lápiz o incluso de ti.
La composición química de este material se reduce a carbono puro, no hay más ni hay menos. Todas las formas de vida poseen una gran cantidad de carbono por dentro y por fuera, al igual que muchas de las cosas que conocemos. El material parece estar en cualquier lado, pero ¿Qué es lo que hace para que el grafeno sea tan genial?
El carbono no se originó en el Big Bang como casi todo lo demás, este material es el residuo de las estrellas que se queman en el espacio infinito. El carbono es el material más alotrópico que existe, es decir, sus atomos se pueden acomodar de diferente forma para crear distintos materiales, como por ejemplo, en un lápiz, sus atomos están alineados en fila y es frágil, en un diamante forman estructuras sólidas y muy compactas, llamadas formaciones cristaloides.
En el grafeno, el carbono está colocado en dos dimensiones, y dispuesto en una formación de panal de abeja, formando hexágonos que le dan una gran dureza y maleabilidad como nada se haya visto antes, 200 veces más fuerte que el acero, y 6 veces más liviano, es más duro que un diamante, y tan flexible como el látex.
El grafeno es llamado Material de Dios, y no es en vano, tiene la capacidad de evitar que pase cualquier tipo de gas, hasta el helio, pero puede dejar pasar agua a través de sus moléculas. También es un excelente conductor térmico y eléctrico, lo que lo vuelve un material a utilizar en todo tipo de cableados.
Lo mejor viene cuando se le arroja luz, el grafeno produce electricidad, y no tiene que ser luz solar. El elemento también puede auto repararse, al romperse, los átomos del grafeno empiezan a migrar a donde está el agujero y lo rellenan. También puede regular su temperatura, auto enfriandose al sobre calentarse. Suena genial, pero ¿Podremos transformar todas estas bondades en algo que cambie nuestra calidad de vida?
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La composición química de este material se reduce a carbono puro, no hay más ni hay menos. Todas las formas de vida poseen una gran cantidad de carbono por dentro y por fuera, al igual que muchas de las cosas que conocemos. El material parece estar en cualquier lado, pero ¿Qué es lo que hace para que el grafeno sea tan genial?
El material de Dios, el grafeno |
El polvo de las estrellas
El carbono no se originó en el Big Bang como casi todo lo demás, este material es el residuo de las estrellas que se queman en el espacio infinito. El carbono es el material más alotrópico que existe, es decir, sus atomos se pueden acomodar de diferente forma para crear distintos materiales, como por ejemplo, en un lápiz, sus atomos están alineados en fila y es frágil, en un diamante forman estructuras sólidas y muy compactas, llamadas formaciones cristaloides.
La estructura del grafeno es única |
En el grafeno, el carbono está colocado en dos dimensiones, y dispuesto en una formación de panal de abeja, formando hexágonos que le dan una gran dureza y maleabilidad como nada se haya visto antes, 200 veces más fuerte que el acero, y 6 veces más liviano, es más duro que un diamante, y tan flexible como el látex.
El futuro en una lámina
El grafeno es llamado Material de Dios, y no es en vano, tiene la capacidad de evitar que pase cualquier tipo de gas, hasta el helio, pero puede dejar pasar agua a través de sus moléculas. También es un excelente conductor térmico y eléctrico, lo que lo vuelve un material a utilizar en todo tipo de cableados.
El material puede auto repararse |
Lo mejor viene cuando se le arroja luz, el grafeno produce electricidad, y no tiene que ser luz solar. El elemento también puede auto repararse, al romperse, los átomos del grafeno empiezan a migrar a donde está el agujero y lo rellenan. También puede regular su temperatura, auto enfriandose al sobre calentarse. Suena genial, pero ¿Podremos transformar todas estas bondades en algo que cambie nuestra calidad de vida?
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